
Había un rancho con algunos puercos, caballos y gallinas, la situación estaba muy difícil y de repente uno de los trabajadores trajo la noticia a su jefe que uno de sus caballos había caído en un hoyo muy fondo.
El dueño fue hasta allá para poder mirar la situación, viendo cuan fondo era el hoyo, vio que no había como sacar el caballo y dio la orden, para enterrar el caballo, así es, que tirase tierra en cima de el, y los capataces empezaran.
Mas mientras ellos aventaban la tierra, el caballo se sacudía y la tierra, iba siendo una escalera para que pudiese pisar y subir hasta que logro salir del hoyo.
Piense en esto, cuantas veces hay varias personas que echan tierra en cima de nosotros.
Palabras negativas, personas envidiosas, que quieren nuestro mal, gente que intenta perjudicar a uno en el trabajo en la escuela, etc…
Hagamos como hizo el caballo tenemos que sacudir y la “tierra” que ellos están echando nos servirán para que podamos subir.
Pues cuando estamos siendo injustificados, calumniados, etc…, en este momento nos acercamos mas al Dios Todo Poderoso, y las mismas personas que desean nuestro mal y hasta mismo ha intentado enterrarnos, van a ver nuestra subida para la gloria de Nuestro Dios.
“…¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?” Mt 20:15