
Una vez se encontraran en una esquina, cuatro mendigos. Un turco, un árabe, un persa y un griego.
Para conmemorar el encuentro decidieron comer juntos.
Juntaran el poco de dinero que tenían para comprar algo para comer.
El turco dijo compra: “uzum”
El árabe dijo: “ineb”
El Persa dijo: “inghur”
El griego dijo: “staphilion”
Todos hablaran decididos, y luego empezó la discusión, cada uno defendía su lado.
En este momento pasaba, por ahí un anciano sabio, que escucho la conversa y les dijo:
Todos ustedes están pidiendo lo mismo, “uvas” solamente están hablando de una forma diferente.
Cuantas veces nos irritamos y empezamos a discutir por algo, defendiendo nuestras opiniones sin confirmar o intentar entender lo que la otra persona está hablando.
Queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.
1 Timoteo 1:7