
Cierta vez un joven, llegando a una pequeña ciudad, se acerco a un anciano y le pregunto:
¿Que tipo de personas viven acá?
El anciano le contestó:
¿Que tipo de gente vive de adonde usted viene?
El joven dijo, personas egoístas, deshonestas, injustas, malvadas, estoy feliz, de haberme salido de allá.
El anciano le contesto: aquí también usted va encontrar esta clase de personas.
En el mismo día, un otro joven llega a la ciudad.
Y se acerca a este anciano, con la misma pregunta.
El anciano, le contesta con la misma pregunta.
¿Que tipo de gente vive de adonde usted viene?
El joven le dijo, personas, magnificas, honestas, hospitalarias, amables, me quede triste de haber salido de allá.
El anciano contestó, lo mismo usted va encontrar por aquí.
Un hombre que había escuchado la conversa le dijo:
¿Como puede, con la misma pregunta, dos respuestas tan diferentes?
El anciano contesto:
Aquel que nada de bueno encontró adonde paso, lo mismo acontecerá aquí.
Aquel que encontró amigos, también encontrara aquí.
Cada uno encuentra exactamente aquello, que trae adentro de si mismos.
Recuerde: somos nosotros que creamos el ambiente, que está al nuestro alrededor.
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. Lucas 6:45